“Febrero loco, y marzo otro poco”, pero sabemos que la primavera ha llegado a Guadalajara.
La ciudad empieza a convertirse en un paraíso lleno de colores y flores. Los árboles se tornan frondosos, y ni hablar de las maravillosas lluvias de oro que van coloreando las calles con su intenso amarillo, o de las bugambilias y las jacarandas. Poco a poco, la temperatura aumenta, el viento sigue soplando, pero con una calidez distinta a la del frío invierno, llevándose todo a su paso al bailar.
A diferencia de otros lugares en el mundo, somos afortunados de disfrutar casi todo el año de un clima agradable, con tardes soleadas y brisas frescas por las noches, que nos invitan a pasear por los rincones más emblemáticos de la ciudad.
Pero la primavera tiene ese algo que nos conecta a todos, la alegría que trae consigo, el entusiasmo de compartir más planes al aire libre con amigos y familia, disfrutar de una comida en la terraza de tu restaurante favorito, salir a correr o caminar en espacios verdes, o simplemente sentarte bajo el sol a recargar tu dosis de vitamina D y gozar del placer de no hacer nada.
La razón es que, después de los meses fríos, esta nueva estación trae consigo un renacer de la vida y energía en la naturaleza, llenando los campos de colores y distintas tonalidades. Las temperaturas más cálidas despiertan en nosotros una sensación de asombro y admiración, infundiendo esperanza y alegría.
La primavera nos recuerda cada año, al igual que la naturaleza, nuestra capacidad de renovarnos y crecer. Está llena de inspiración, creatividad, colores vibrantes y sonidos melodiosos que estimulan todos nuestros sentidos.
Y qué decir de la gastronomía en esta temporada de calor, cuando los tapatíos aprovechan para refrescarse con un delicioso tejuino bien frío con nieve de limón, las famosas nieves raspadas al estilo del Parque Morelos o, ¿qué tal?, una típica agua fresca helada de horchata, jamaica o tamarindo.
Los mercados están llenos a todas horas de su gente linda, y claro que se nos antoja un vasito de fruta picada del puestito rojo de la esquina, con mango, sandía, pepino y jícama, todo bañado con mucho picante y limón para quitarnos el calor.
Disfruta de estas actividades locales que ofrece nuestra hermosa ciudad durante estos meses; los domingos de vía recreactiva para ejercitarte, andar en bicicleta o pasear a tu mascota; comer en los deliciosos mercados, sentarte a leer en alguna plazoleta o parque; conectar con la naturaleza en una visita a la Barranca; relajarte en un día soleado en las casas de Barrio México con pileta, o turistear en alguno de los Pueblos Mágicos cercanos a Guadalajara.
Nos leemos pronto, ciao.